Sivan 5 5782

¿Por qué contamos 50 días hasta Shavuot?

Aquí está la grabación del mensaje:https://youtu.be/KQBKzYhlhF8

La travesía por el desierto de Sinaí requería orden, organización y disciplina. El libro de Bamidbar, contiene un número apreciable de normas referidas a la vida diaria en el desierto y a la dimensión espiritual de la vida, representada por la presencia del Mishkán (Tabernáculo) y todo lo que él simbolizaba.

Esta noche celebraremos “Shavuot”, la entrega de la Torá al pueblo elegido de Israel.

La Torá fue entregada en el desierto para demostrar que incluso en el lugar más inhóspito y en las situaciones más adversas debemos cumplir con la Torá y los preceptos. Existen numerosas razones que podrían explicar por qué la Torá fue dada en un desierto.

Si la Torá hubiera sido dada en una zona poblada, esto implicaría que de alguna manera pertenece exclusivamente a ese lugar y a su gente. Por el contrario, al darla en un desierto que no es de nadie, queda claro que la Torá no pertenece a nadie en particular, sino que cualquiera que lo desee puede adquirirla y hacerla suya.

En adición, un desierto evoca la imagen de un páramo áspero y sin cultivar. Esto es símbolo de nuestro mundo físico. Por medio de la aplicación de la Torá y usando el mundo que nos rodea para el servicio a D-s y el mejoramiento de la humanidad, elevamos y refinamos ese “desierto”, convirtiéndolo en una tierra rica y fértil —una morada para la Divinidad.

Shavuot se origina de una acción que nosotros efectuamos, el contar los 49 días para, en el día 50, recibir la Torá.

¿Qué nos enseña esto? Que depende de nosotros el llegar al Monte Sinaí. La Torá nos es dada de manera gratuita, sin tener que pagar nada, pero es nuestra tarea hacer un esfuerzo y extender las manos para recibirla. El conteo de los días es importante ya que cada uno de ellos nos recuerda que estamos más cerca de recibir la luz que viene de la Torá de D-s. 

Es en ese desierto donde D-s entregó la Torá a su pueblo y es allí donde Él ordena a Moisés realizar un censo de las doce tribus de Israel. Como regla general, el censo en la Torá significa estima e importancia; es una expresión de especial predilección para el pueblo de Israel que se les cuente repetidamente.

Desde los dirigentes de las tribus hasta las cabezas de las familias, a cada hombre por la casa de su padre, todos los que salen al ejército a partir de los veinte años: Todos fueron contados. Recordemos que este censo mencionado en este parashá no es el primero que se había realizado. El pueblo ya había sido censado unos siete meses atrás, después del día de Kippur del año primero de la salida de Egipto. 

La Torá se refiere de manera extensa y detallada a los dirigentes de cada tribu y no recuerda de manera general a los integrantes de una, sino que se toma el trabajo de recordar a cada uno de acuerdo con su grado y su honor, sin saltear ningún nombre.

¿Por qué al hablar del censo del pueblo de Israel, que al parecer es algo menos importante y sin tantas repercusiones futuras, la Torá se preocupó por registrar cada nombre y cada detalle?

D-s se extendió en el registro de los nombres del pueblo de Israel con gran cantidad de detalles, para demostrarles que ellos eran sus hijos amados y que no quitaba sus ojos de ellos ni siquiera por un instante. El hecho de que el pueblo de Israel fuera un pueblo perseguido no debía debilitarlos en su confianza en el Eterno para caer en la desesperación, sino que, por el contrario, eso debía ayudarles a reconocer que esa situación venía de D-s. 

El censo comprobaba el amor que D-s tenía por su pueblo y como Él los había bendecido. Setenta almas fueron contadas al llegar a Egipto, cuando salieron sumaban seiscientos mil y más. La cifra era 603.550 hombres de más de veinte años y aptos para la Guerra (Números 1: 3, 45-46). Esta cantidad no incluía a los levitas, que eran unos 22.000 (Números 3:39). Excluía también a las mujeres, ancianos y a los hombres menores de veinte años y a los incapacitados para tomar armas. Por lo que muchos eruditos calculan el total de los hijos de Israel en más de 2.000.000 de almas. Esto nos da una idea de la descomunal tarea de Moisés al efectuar el censo.

Por lo tanto, si la Torá registra detalladamente las familias de las tribus, debemos entender cuán importantes y amadas ellas eran para D-s.

Si el Eterno pidió un censo, su propósito no era determinar, sino demostrar. Él no pedía el censo porque le interesaba saber la cuenta, sino que lo pedía para mostrar su afecto por el pueblo que Él había escogido.

Esto nos enseña que cuando entendemos que “contamos”, que somos importantes, nuestras cabezas se elevan. Entender que podemos tener un impacto en el destino del mundo, que nuestras palabras y acciones tienen importancia, nos llena de responsabilidad y nos permite crecer y convertirnos en mejores personas.

No olvidemos nosotros, cuán importantes somos para D-s. El nos cuenta, sabe cuántos somos y nos conoce a cada uno en particular por nuestro nombre. Eso nos debe ayudar a caminar el camino que transitamos, cualquiera que sea. En cualquier circunstancia, recordemos que el Creador puso de su aliento en nosotros y por eso somos importantes para él y estamos ligados a Él para siempre.

Shabbat Shalom! 

Alejandro Alvarado