¿Estás paralizado por el miedo?

Después de la salida de Egipto, el cruce del Mar Rojo, la entrega de la Torá en el monte Sinaí, la construcción del Mishkán y el censo de los hombres para la guerra, los hijos de Israel se preparan para la entrada a la Tierra Prometida. Pero antes D-s le pide a Moisés que envíe 12 hombres para explorar la tierra. La historia es conocida, pero tiene detalles que llaman nuestra atención. ¿Para qué mandar a explorar una tierra que ya ha sido prometida? ¿Necesitaba D-s enviar espías? ¿Necesitaba Moisés enviar espías?

Y ¿cómo puede ser que, al regresar los exploradores, el pueblo no se anime a conquistar la tierra que D-s les prometió y quieran regresar a Egipto?

El nombre del parashá nos da un indicio acerca de una posible respuesta. Shelaj Lejá nos dice “envía para tí”. Los espías fueron enviados para el pueblo mismo. D-s no necesitaba explorar la tierra, pero el pueblo sí: como parte del trabajo que debían hacer para conquistarla. Era parte de la responsabilidad que tenían de esforzarse y luchar por lo que querían. 

Los 12 hombres enviados debían encontrar respuestas a 7 preguntas: ¿Cuál es la tierra? ¿Es buena o mala? El suelo ¿es rico o pobre? ¿hay árboles o no? Sus habitantes, ¿son fuertes o débiles? ¿pocos o muchos? Las ciudades ¿son abiertas o fortificadas?

El explorar la tierra antes de comenzar la conquista no era una mala idea en sí. Respondiendo estas preguntas que les planteó Moisés, los espías aportarían elementos que podrían permitirles elaborar estrategias de acuerdo con el número de habitantes, por ejemplo, cómo entrar en caso de existir murallas, cómo esconderse en el bosque, los habitantes eran personas miedosas o por el contrario estaban dispuestas para la guerra, etc.

Parece natural y normal enviar espías al lugar que se quiere conquistar, entonces, ¿dónde reside la falta de los espías? De igual manera, es de notar que los espías informaron de la realidad vista en la Tierra de Israel, puesto que vieron una tierra de gigantes, completamente amurallada y eso fue lo que informaron. 

Doce personas regresaron de explorar la tierra. El reporte fue frustrante. Diez de los doce espías dieron un informe negativo y dijeron que era imposible conquistar la tierra, que sus habitantes eran gigantes y que los vieron como langostas. Sintieron que la misión de tomar la tierra de Canaán era muy difícil y solo dos, Caleb y Yehoshua (Josué) confiaron en que sí podrían hacerlo y dijeron que la tierra era buena y con la ayuda de D-s se podría entrar allí. Caleb dijo: ” Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos” (Núm. 13:30). Caleb y Josué no temieron defender sus puntos de vista ante la mayoría y casi fueron lapidados por la masa.

 Los doce eran líderes del pueblo, príncipes de cada una de las tribus, hombres justos y respetados. ¿Por qué los diez dieron un informe negativo?

 Quizás actuaron motivados por el miedo. Ese miedo que a veces nubla nuestra mente y nuestros sentidos. Muchas veces nos formamos conceptos de cómo debería ser una situación y elaboramos prejuicios que son producto del miedo y la ignorancia, nuestros ojos se enceguecen y vemos solo lo que nuestra mente quiere ver y nuestros peores terrores se hacen realidad: ” También vimos allí gigantes…y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.” (Núm. 13:33)

Quizás temieron dejar la seguridad relativa del desierto donde sus necesidades materiales y espirituales eran cubiertas de forma milagrosa por el Creador. Quizás pensaron que al volver a una situación de cotidianeidad se sentirían esclavos otra vez. O quizás temieron convertirse en un pueblo más entre todos los pueblos existentes. El miedo los debilitó y llegaron a dejar de creer que conquistarían la tierra prometida. El miedo puede comenzar con una sola persona y contagiarse como una epidemia y junto con el temor puede transmitirse el escepticismo y la falta de confianza en D-s. El miedo crea una especie de hologramas, produce que veamos lo que no está allí. Por eso es que aún con miedo debemos buscar la fuerza en nuestro interior y seguir adelante para atravesar esos espejismos y hacer que desaparezcan. Frente a nuestros temores debemos reaccionar enfrentándonos al desafío. ¿Quién es valiente?  El que conquista sus propios miedos (el Pirkei Avot). 

Esta es una historia de lo que los doce exploradores encontraron en la tierra de Canaán, pero también de lo que sus ojos hallaron al mirar sus cuerpos y de las sensaciones de sus corazones y de sus mentes. De la renuncia, del fracaso y de la pérdida que ellos sentían. La actitud de Caleb y Josué es una actitud de valentía ante las circunstancias. El versículo 14:24 dice que hubo en Caleb “otro espíritu” refiriéndose a que tomó otra actitud diferente a la de los diez que hablaron mal. La posición de Caleb y Josué nos enseña la importancia de quedarnos siempre con el lado bueno de las cosas: con la fuerza, con el coraje, con la leche y la miel, sin miedo a los gigantes ni a las murallas. 

El parashá termina con la mitzvá del Tzitzit (los flecos del talit). Los cuales son un recordatorio de que somos un pueblo escogido, que D-s nos sacó de Egipto para ser su pueblo y llevar su luz a las naciones y que somos libres de todo miedo, para que no miremos según nuestro corazón y nuestros ojos y no nos desviemos sino para que vivamos de acuerdo con sus mandamientos y reconozcamos que El es nuestro Creador y D-s.

Shabbat Shalom!!

Sr. Alejandro Alvarado